Ante la próxima convocatoria de movilizaciones por parte del colectivo de examinadores nuestro sindicato no puede más que solidarizarse con sus demandas y exigencias conscientes del incumplimiento de promesas y abandono de su colectivo por parte de la DGT.
La asociación de examinadores ASEXTRA ha obtenido un respaldo masivo de más del 90% del colectivo a su propuesta de movilizaciones para exigir el cumplimiento de la subida salarial de su complemento específico pactada con anterioridad y que no se ha hecho efectiva.
La primera jornada de lucha será el día 2 de junio con una concentración en la sede de la DGT de Madrid con el desplazamiento de funcionarios desde todo el estado. Si la DGT no rectifica en el cumplimiento de los acuerdos firmados los examinadores se verán obligados a iniciar una ronda de huelgas los días 19,20,21,26,27 y 28 de junio; y los días 3,4,5,10,11,12,17,18,19,24,25,26 y 31 de julio.
Como trabajadores de la formación vial que trabajamos junto a los examinadores sabemos de primera mano la dureza y exigencias de vuestro y nuestro trabajo así que no puede haber ni la menor duda que nuestra solidaridad está de vuestro lado. Vuestras exigencias salariales son justas. Vuestro colectivo, como la mayoría de los trabajadores asalariados, ha sido duramente castigado tras años de implementación de las políticas neoliberales de déficit cero para pagar los estragos que, la crisis y el rescate a la banca, han hecho en las cuentas públicas.
Nosotros también somos asalariados y nuestra calidad de vida y la de nuestros seres queridos dependen también de nuestra retribución salarial, y por eso entendemos la exigencia de los compañeros examinadores de que se cumplan los acuerdos firmados con los sindicatos para mejorar su retribución salarial.
Llevamos años sufriendo las políticas de recortes en los servicios públicos con dramáticas consecuencias en sanidad, educación y servicios sociales a los más desfavorecidos. Los trabajadores de las administraciones públicas y servicios como la DGT no han quedado al margen de este austericidio afectando tanto a los trabajadores administrativos y de oficinas como al colectivo de examinadores que visto como se iban degradando sus condiciones laborales y salariales con el paso de los años.
En estas circunstancias, la responsabilidad para la desconvocatoria de la huelga está ahora en manos del nuevo Director General Gregorio Serrano que hereda las consecuencias de la dejadez con la que sus predecesores han tratado al colectivo de examinadores. ¿Por qué piensa que cuesta tanto cubrir las plazas de examinador?
La dignificación salarial del colectivo de examinadores tiene que ser un primer paso para una revisión profunda de la formación vial y la evaluación de los exámenes de conducir. Hay mucho camino por delante y la administración tiene que tomar la iniciativa.
Defensa del carácter público de los exámenes de conducir
Cada vez que los examinadores se movilizan se escuchan las voces oportunistas de algunos empresarios de las autoescuelas que demandan la privatización de los exámenes de conducir.
Perdonad, pero nosotros que conocemos las entrañas del sector privado de la formación no podemos más que reírnos cuando escuchamos las ansias privatizadoras de algunos sectores de empresarios del ramo. Antes de la crisis que hemos vivido algún iluso podría creerse aquellas loas al mercado, la competencia y capacidad del sector privado. Ahora llevamos demasiados años sumidos en una crisis que ha devaluado nuestros salario y condiciones de vida como para creernos estas patrañas. Digámoslo claro, las privatizaciones solo han servido para enriquecer a unos pocos, degradar las condiciones laborales de los trabajadores, y son el engranaje necesario para la corrupción y las políticas de puertas giratorias.
A nuestros alumnos les decimos que es precisamente el carácter público de los exámenes lo que garantiza a) su objetividad y, b) un precio muy ajustado (apenas 45 euros de tasas por examen). Si se privatizara este servicio se encarecería como ha sucedido con los precios de aquellas empresas y servicios que antes eran públicos. Como ya sabemos las privatizaciones han servido para que unos se forren sin que se garantice un mejor servicio pero sí peores condiciones laborales para los trabajadores.
La idea de privatizar los exámenes no es nueva, llevan tiempo intentándolo desde el empresariado del sector. Los mismos que han hecho una nefasta gestión de los cursos externalizados y sobre los que DGT no tiene ningún tipo de control piden la privatización sin ningún pudor. El resultado de estas privatizaciones parciales ha sido desastroso y, como ya hemos dicho, el enriquecimiento de unos a provocado una falta de seriedad, de credibilidad y por supuesto competencia desleal. Nosotros que conocemos como trabaja el sector privado en este sector somos los primeros en oponernos a la privatización de los exámenes de conducir, es más, pensamos que si hay que pedir algo sería la nacionalización de la formación vial dada la incapacidad del sector privado de llevar a cabo la formación con arreglo y cumplimiento de la normativa laboral vigente. Igual algún empresario de nuestro sector piensa que si se privatizara se podrían pagar los exámenes a ticket, no pagar vacaciones, festivos, ausencias del alumno, días de bajas, etc…
Solidaridad entre los diferentes colectivos del sector.
Por todos era sabido desde hace más de un año que la huelga llegaría, ATAAC, era consciente y así lo ha manifestado a los empresarios con el fin de buscar soluciones o alternativas que no afectaran al normal funcionamiento de las autoescuelas y que el alumnado no se viera afectado, pero se ha hecho caso omiso. Solo cuando el problema es inminente se sienten indignados y frustados pero esta situación no la pueden manejar con la misma prepotencia como han hecho siempre con sus asalariados e intentan tomar medidas que llegan tarde y son poco o nada efectivas.
Los problemas a resolver en los exámenes son muchos y diversos, hacer frente común es necesario y de justicia. Mientras los intereses privados y partidistas estén por encima de las necesidades del sector, seguirán existiendo huelgas, y no solo del colectivo de examinadores.
Encontrar los puntos de unión, poner encima de la mesa los problemas, tanto de calidad en los exámenes como de unificación de criterios, y entender que un asalariado descontento, tanto del sector público como privado, solo fomenta una enseñanza deficiente y un interés nulo por la mejora en la propia formación y del sector.
Para esta huelga ya vais tarde, esperemos que a partir de ahora, la capacidad de escuchar a las personas que intentan aportar soluciones no se vea afectada por la inutilidad para gestionar las dificultades en las que se encuentra el sector propiciadas por las administraciones y por la propia patronal de las autoescuelas.